México es un
gran país, desde luego que tiene una gran diversidad de razas, credos y formas
de pensar.
Si bien todas
las formas de opinar son respetables, he visto en redes sociales personas que de
manera sistemática y permanente se dedican al ataque, a la descalificación, critican todo lo que provenga del gobierno, aún cuando desconozcan el tema.
Lo mejor del
país está en su gente y en su naturaleza, para ello debemos combinar la mejor
tecnología para producir, pero siempre en íntimo respeto a la naturaleza.
Se ha
concluido el primer gran proceso de reformas que algunos le llamaron
estructurales, se inició con la reforma laboral, financiera, en
telecomunicaciones, fiscal y culminamos con la considerada la más importánte: la
energética.
Ahora se corre
prisa para la implementación de las leyes secundarias, todavía quedan varias
leyes pendientes de aprobación, de hecho falta una que en lo particular
considero fundamental, aquella que genere la Comisión Nacional Anticorrupción.
Debemos reconocer
que las reformas tienen una oposición no derivada del conocimiento o
impugnación jurídica de ellas, sino de la gran desconfianza en el gobierno,
desconfianza genuinamente ganada a pulso por los políticos del pasado y del
presente que han podido enriquecerse o desaparecer millones y millones de
pesos, y el pueblo ve con gran impotencia, que no solamente no hay castigo a
los responsables, sino que tampoco se recupera ese dinero mal habido por malos
servidores públicos.
Actualmente,
aunque hay un proyecto para la creación de un organismo anticorrupción, parece
que la clase política no tiene prisa en conocer de esos temas.
Pero contrario
a estos temas, tenemos algo que nos hace ser optimistas; Si observamos las
calles cada mañana podremos ver los millones de mexicanos que con frenesí se
mueven hacia sus trabajos, a sus empresas, escuelas, hospitales, universidades,
oficinas, fábricas, etc. Basta con ver el zócalo de la ciudad de México o los
pasillos del metro para darnos cuenta que todos y cada uno de esas mexicanas y
mexicanos lleva un objetivo en mente: prosperar.
Tenemos la
voluntad del cambio, como todo cambio, nacen miedo, pero hemos estado tan
estáticos durante tanto tiempo que nos estabamos empezando a acostumbrarnos a
hacer nada que mejorara nuestra vida, ahora tenemos nuevamente ese impulso que
ha dado este gobierno federal.
Claro que hay
muchos pendientes que tenemos comos sociedad, sin embargo, tenemos lo mejor de
este país, ese impulso y esa energía que nos dice de manera inconciente que
tenemos que movernos para mejorar.
Hoy tenemos la
gran oportunidad de tomar las oportunidades que las reformas nos abren, depende
de cada uno de nosotros si nos actualizamos o queremos seguir en esta letarga
agonía de vivir de lo mismo, es tiempo de despertar, prepararse y buscar nuevas
oportunidades para crecer en todos los aspectos de nuestras vidas. Vamos
México, que todos podemos subirnos al tren de mover a México.
Cordialmente
Jorge Alberto
Amador
@jorgealbertoama
www.jorgealbertoamador.blogspot.mx.